La promesa de valor es un término que siempre he considerado muy adecuado, pero al mismo tiempo pienso que es intimidante. Son dos palabras muy poderosas: promesa y valor. Una promesa es un compromiso que adquirimos y el valor es la esencia de cualquier producto o servicio. Básicamente, debemos lograr que nuestra promesa de solución al problema de nuestros clientes esté acompañada de otras cosas que la hagan más atractiva, o sea, que tenga valores agregados.

En el caso de este libro, los valores agregados son la plataforma JUANCARLOSDANGOND.COM, al igual que RITA, nuestra asistente estratégica virtual. Es decir, que nuestra promesa para ti es ayudarte a entender la importancia de ser estratégico, darte una metodología para lograrlo y proporcionarte las herramientas que necesitas para serlo. Esa es nuestra promesa de valor.

En este punto, ya tienes todos los elementos que necesitas para hacer una promesa de valor poderosa, ya has definido tu propósito mayor, así como el objetivo general que persigues con tu solución, unos objetivos específicos y los resultados que van a recibir tus clientes. Esta combinación puede ser muy poderosa, porque es una mezcla del poder de tu propósito con la coherencia de lo que haces (objetivos específicos) y del modo en que lo haces (resultados específicos).

Canales que debemos utilizar para llegar a nuestros clientes Este punto está muy asociado con la forma en la que decidimos segmentar nuestro mercado objetivo. Pensemos en nuestro ejemplo. Nuestro mercado es muy diverso, incluye hombres y mujeres con diferentes profesiones, edades, estratos y personalidades. Eso suena atractivo, pero realmente representa un reto muy grande: definir prioridades. Es sencillo: no tenemos la capacidad de abordar un mercado tan grande. Además, si intentamos hablarle de la misma manera y en los mismos canales a todo ese mercado, nadie se sentiría aludido.

Lo interesante sería, en cambio, intentar dividir o segmentar el mercado en hombres y mujeres menores de 30 años, entre 31 y 60 años y más de 60 años. En ese caso, vamos a poder pautar en canales como Tik Tok e Instagram para llegar a los más jóvenes, en Facebook y WhatsApp para los menores de 60 años y en medios digitales tradicionales para los mayores de 60 años.

Esto nos permitirá diseñar el lenguaje, las fotos, las imágenes de apoyo y el contenido para personas que puedan sentirse identificadas con lo que estamos publicando o pautando. A un joven de 20 años no lo va a motivar mucho que digamos ver una pauta en la que salen personas de 50 años. También sabemos que la forma de inspirar a una mujer requiere, normalmente, argumentos diferentes de los que se emplean para inspirar a un hombre.

La recomendación es tener una lista de los segmentos, de los canales que consideramos adecuados para cada segmento, al igual que una descripción lo más detallada posible de una persona de cada segmento. Esto, que se conoce como el buyer persona, va a ser muy útil a la hora de diseñar campañas publicitarias para que el diseñador tenga bien claro a quién van dirigidas.

Y tranquilo, recuerda que RITA siempre estará dispuesta a darte una mano en lo que necesites.