En mi familia tenemos un ejemplo de emprendimiento del que siempre me he sentido muy orgulloso. Cuando mis papás se casaron, en el año 1952, mi abuelo materno había decidido venirse a vivir a Bucaramanga. Mi papá tomó la decisión de venirse con mi mamá a la Ciudad Bonita, como le dicen a Bucaramanga, a ejercer su amada medicina, a construir su familia, y esa decisión cambió nuestra vida… para bien, lógicamente.

Mi familia materna tiene una historia muy relevante en la historia política del país que, aun cuando no voy a abordar en este momento, creo pertinente mencionar para contextualizar. Mi abuelo era un hombre muy decidido, persistente, coherente, estricto y, al mismo tiempo, inmensamente tierno y bondadoso. Mi abuela también era estricta (aunque no tanto), muy cariñosa y absolutamente generosa en todo sentido, en particular con su tiempo, que es valiosísimo porque el tiempo es vida.

Pero volvamos al emprendimiento del que me enorgullezco. Cuando mi papá llevaba varios años ejerciendo la medicina en tierras santandereanas (Bucaramanga es la capital del departamento de Santander), decidió independizarse y montar su propia clínica. Él había participado en la creación de dos clínicas en Bucaramanga, pero en este caso quería emprender su propio proyecto, y finalmente así lo hizo.

Al principio, la clínica era muy pequeña, pero con los años y el apoyo de muchos empresarios prestigiosos de la ciudad, se convirtió en una clínica muy importante de Bucaramanga. Esta historia, que resumo en un par de párrafos, requirió una dedicación y un esfuerzo muy grandes por parte de mi papá, mi mamá y mi abuelo. Lógicamente, muchas otras personas fueron fundamentales para el éxito de la clínica, ya que es claro que no hay nada que uno pueda hacer solo en la vida, sin ayuda de nadie, que valga la pena. El apoyo de mi mamá y de mi abuelo fueron claves para que ese proyecto se convirtiera en parte de la historia de la salud de Bucaramanga en particular y de Santander en general.

Mi abuelo era el gerente, el encargado de mantener el equipo de la clínica organizado, con funciones claras y procedimientos establecidos para poder hacer controles que permitieran la viabilidad de la empresa en términos financieros y de calidad del servicio. Mi mamá era la encargada, entre otras cosas, de supervisar los temas de cocina, de mercado y de coordinar la producción de todas las prendas necesarias en la operación de la clínica. Formaban un gran equipo, cada uno en lo suyo y respetando el trabajo de los demás.

La clínica, que está ubicada en la carrera 27, en frente del parque de los Niños, se llamaba Clínica Quirúrgica. Años después mi padre se la vendió al Gobierno nacional, y durante varias décadas allí funcionó la Clínica del Seguro Social en Bucaramanga. Actualmente, es propiedad privada y lleva el nombre de Clínica Comuneros.

Bueno, ahora sí vamos a entrar en materia. El término canvas o modelo de negocio no era parte del léxico de aquella época. Canvas quiere decir “lienzo” en inglés, y en nuestro contexto, es una metodología para convertir una idea en un modelo de negocio, validarlo y documentarlo en una forma estructurada.

Cuando vamos a validar nuevas ideas de negocio, o a efectuar cambios en nuestras empresas y proyectos, podemos minimizar errores y gastos siguiendo esta metodología. La idea es no desarrollar nuestra estrategia basada en supuestos que nos lleven a invertir en falsos positivos o a abandonar falsos negativos con buen potencial.

Con esta metodología, basada en Business Model Canvas y otras herramientas, vamos a desarrollar, documentar y validar un modelo de negocio, lo que nos permitirá entender la forma en la que vamos a generar valor a nuestros clientes y cómo esto nos va a producir crecimiento y utilidades.

Para hacer más fácil y amena la explicación, vamos a utilizar un ejemplo fundamentado en la idea de la cual nació este libro, así como las plataformas Estrategia Total y Gerencia Total, que complementan estos textos y a las que el lector tendrá acceso gratuito por haber adquirido este libro.

Durante la pandemia del covid-19, se tuvo que liquidar la empresa para la que yo trabajaba y de la que era socio. De hecho, estamos en ese proceso. Dicha situación me llevó a replantear mi futuro profesional y laboral, por lo cual decidí aplicar esta metodología para definir a qué me iba a dedicar para producir y ganarme la vida. Comencé por analizar lo que yo más disfruto hacer, lógicamente desde el punto de vista profesional, porque ver fútbol y tomarme un par de cervezas no me permitiría ser económicamente viable, por desgracia. Fue muy fácil entender que mi propósito es ayudar a las personas y a las empresas a darle sentido a la vida, a tener claras sus metas y objetivos, sus planes de acción para lograrlos, y a contar con las herramientas adecuadas para ejecutar, medir sus resultados y aprender a lo largo de este proceso.